Ensoñé una pequeña flor
tras las montañas acunada...
que a pesar de su apariencia menuda
cañada abajo todo el aire perfumaba,…
siendo su color el del sol
siendo su olor el de la dalia.
Mi flor del bosque,… mi flor pequeña:
bajo el etéreo albor,… entre delicadas hierbas.
¿Es qué tal vez quiso algún poeta
dentro de su ánima cobijarla,
para así a solas poder deshojarla
entre los versos de sus poemas?
¡Ay, quién fuese tal poeta
¿Sabes, mi flor pequeña,
que cuando al alba de mi te escapas
haces que nunca olvide los ojos
de mi amada rubia encantada,
que tras tus tenues pétalos se halla?
Ella es mi flor pequeña,
ella es mi sempiterna doncella,
trigo limpio al aire,
mi cálida y céfira primavera,
la más cristalina de las brisas,
la más limpia de las aguas,
mi más fragante, mi más querida,
mi dalia,.. mi alma, …. mi flor pequeña.
¡Ella es más aún de lo que anhelo
.. y ni sé cómo sucedió...
Lo único que sí noto cierto
es que tan dentro de mí creció
que sin apenas darme cuenta,
y embriagándome el corazón,
sigilosa y perenne cual recuerdo
de siempre,..
por siempre,…
y para siempre
entre mis sentimientos se resguardó
para allí permanecer eternamente...
mi velada flor pequeña,
mi latente pequeña flor.