Un camino desierto es otro concurrido.
Un senda de verano empieza a ser condenada al olvido mas la de invierno toma su testigo
Puente a ninguna parte, a un paraíso particular o al mismo Purgatorio tal vez
Sombras y ecos de otra época que ahora son testigo del paso de las nuevas generaciones
crece el tumulto ahora que se van aunando,
a medida que inexorablemente el Todo se corre al más amenazante de los rojos
Un lamento pasa como volando, totalmente inadvertido entre la multitud,
ahogado entre sus risas de ignorancia y falsedad
Caprichos cumplidos allí donde el sueño muere
y con él, su dulce rastro, ese al que eones quizá persiga
tan puro, tan inocente, tan inquebrantable, tan hermoso
tan irreal...
así se me antoja ahora, incluso en la noche donde más la luna riela
riela, riela ella, en las frías aguas de río
de mis ya inexistentes lágrimas de niño.