La Lectura me adormece
Angel 21, 74
La Lectura me adormece
aunque interés tenga en ella;
es mi Ser que se enlentece
cuando mi cuerpo o mi mente
no se mueven de por sí
y es de otro lo que atienden.
En el crear y el deporte
el tiempo no tiene fin
si la razón no interviene
informando de un quehacer
que precisa de una hora
en que lo deba afrontar.
No es por falta de interés
en lo que escuche o yo lea;
es que si en vigilia abordo
una baja vibración,
la mente pasa a otro plano
y es el sueño su señor.
Por eso mi meditar
no es en quietud de mi cuerpo,
sino todo lo contrario:
llevando mente al silencio
con ejercicio que lleve
a intensa respiración.
Esa quietud de mi mente
y el intenso respirar,
la sitúan en esferas
que trascienden las fronteras
de aquello que precisara
en mi mente contemplar.
Y es que mi Ser no deambula
por criterios que en lo humano
se aceptan como verdad,
aunque se diga que es ciencia
si en su práctica se observan
errores o ambigí¼edad.
Mi Ser en lo externo
se envuelve de Paz,
mas dentro le surgen
las ansias de hallar
cauces que permitan
trascender
los males del alma
y la enfermedad.
0 
244 
