Ruta por las ermitas de la Sierra Norte de Sevilla
Santi ortega, 40
Montes, arroyos y valles. La Sierra Norte de Sevilla es un paraje natural con gran riqueza medioambiental que, además, posee numerosos caminos y senderos que discurren por sus rincones milenarios.
La Guía «Ermita y Camino», de la Di*****ción de Sevilla, propone una forma diferente de conocer esta parte de la provincia sevillana: un itinerario que recorre los diez municipios de la comarca y que acaba y empieza cada etapa en una ermita, lugares sacros donde se unen las tradiciones de los pueblos sevillanos con el espíritu de la naturaleza.
de San Juan, Alanís - Turismo Sevilla
Qué plan
Ruta por las ermitas de la Sierra Norte de Sevilla: unión de naturaleza y patrimonio
Guadalcanal, Alanís, El Pedroso, San Nicolás del Puerto... Visitamos algunos de los enclaves más privilegiados
ABC
Actualizado:21/04/2021 11:39h Guardar
Montes, arroyos y valles. La Sierra Norte de Sevilla es un paraje natural con gran riqueza medioambiental que, además, posee numerosos caminos y senderos que discurren por sus rincones milenarios.
La Guía «Ermita y Camino», de la Di*****ción de Sevilla, propone una forma diferente de conocer esta parte de la provincia sevillana: un itinerario que recorre los diez municipios de la comarca y que acaba y empieza cada etapa en una ermita, lugares sacros donde se unen las tradiciones de los pueblos sevillanos con el espíritu de la naturaleza.
El punto de partida de la ruta es la ermita del Cristo de la Salud, en Guadalcanal. Situada a las afueras de la localidad, se trata de una construcción del siglo XVIII donde los antiguos viajeros solían detenerse para implorar suerte en el camino que emprendían y dar las gracias por los que regresan. A 11 kilómetros del pueblo se encuentra la ermita de Nuestra Señora de Guaditoca, patrona de la localidad. El santuario posee una riqueza decorativa excepcional con murales de principios del siglo XVIII. Antes de salir de Guadalcanal hay que visitar, también, la ermita de San Benito Abad, una construcción mudéjar que actualmente está en manos privadas.
El camino continúa atravesando olivares hasta Alanís donde, en pleno casco urbano, se ubica la ermita de Jesús Nazareno. Es un edificio perteneciente al antiguo Hospital de la Caridad y, en su capilla, se encuentra el titular de una de las cofradías de penitencia más populares de la localidad, por lo que es muy frecuentado por vecinos y visitantes. A la sombra del castillo se construyó la ermita de San Juan, considerada como la primera parroquia de la localidad y que ahora alberga la Casa de las Artes. A apenas 200 metros de la población está la ermita de Nuestra Señora de las Angustias, construida en recuerdo de la victoria local contra los musulmanes y donde se venera a la patrona.
El trayecto continúa entre encinas y alcornoques, por los carriles de Fuente Robledo y Los Cascajales, hasta llegar a San Nicolás del Puerto, donde las temperaturas invitan ya a disfrutar de su playa fluvial. Una vez a las afueras del pueblo, sobre una loma, hay que visitar la ermita de San Diego, que data del siglo XV y posee una cubierta de madera y un estilo mudéjar.
Vía Verde
Tras caminar algunos kilómetros por la Vía Verde de la Sierra Norte, hay que rodear el Monumento Natural Cerro del Hierro, uno de los principales atractivos turísticos de la zona, y descender por la Rivera de Ciudadeja. Aunque es un tramo bastante exigente, el destino merece la pena, ya que se llega a la ermita de Belén de las Navas de la Concepción. Fue trasladada a su ubicación actual desde el antiguo Monasterio de San Antonio de Galleguillos. El edificio, construido en la década de los 80, tiene una mezcla de estilos y un gran ax3 porticado. Se encuentra en un entorno idílico, rodeada de numerosa vegetación y varios merenderos y zona de barbacoas donde es recomendable parar a descansar o, incluso, pasar una agradable jornada en plena naturaleza.
Al avanzar por el camino de las Navas de la Concepción a La Puebla de los Infantes se deja atrás grandes extensiones de olivar y una importante finca, si se camina con sigilo, se pueden llegar a ver a grandes ciervos acompañados de sus crías. Una vez en el Embalse del Retortillo, hay que continuar hasta alcanzar La Puebla de los Infantes, donde se encuentra la ermita de Santa Ana. Con un arco apuntado que destaca en su fachada y reminiscencias mudéjares y góticas, es uno de los santuarios más bellos y admirados de la provincia.
En la misma localidad pueden verse también la ermita de Santiago, que data de la segunda mitad del siglo XIV y es considerada la primera iglesia del municipio, y la ermita Virgen de las Huertas, un edificio de nueva construcción situado a varios kilómetros del casco urbano. Es un lugar de peregrinación donde cada año la población de la Puebla celebra la romería a la patrona de la localidad.
La siguiente etapa discurre por una cañada real, por una zona de auténtico bosque mediterráneo y por la dehesa, auténtica mezcla de sensaciones que termina desembocando en la ermita de Nuestro Padre Jesús, en Constantina. En esta localidad merece la pena visitar la ermita de la Hiedra que, aunque solo conserva el recinto exterior, incluye una portada que perteneció, según dice la tradición, al desaparecido convento de San Francisco. Se mantiene también la espadaña, con un curioso trazado asimétrico. A dos kilómetros del municipio se ubica la ermita de Nuestra Señora del Robledo, que posee restos de su origen mudéjar y un camarín propio del último barroco sevillano.
Tras disfrutar de la Rivera del Huéznar, el recorrido lleva hasta Cazalla de la Sierra, en pleno Parque Natural. La primera parada es la ermita del Carmen, conocida antes como la de San Ginés. Tiene origen mudéjar aunque sus elementos actuales provienen del siglo XVIII. En la actualidad recibe culto, por lo que es muy frecuentada por los habitantes del municipio. A continuación es el turno de la ermita de San Benito. Posee una sencilla portada de estilo renacentista y una curiosa torre triangular por la que está declarada Monumento de Interés Artístico y es ahora un establecimiento hotelero. A cuatro kilómetros del casco urbano se sitúa la ermita del Monte, una construcción barroca y reformada durante el siglo XIX donde se venera a la patrona local.
Zona de vinos
Partiendo desde la nombrada ermita de San Benito en dirección oeste comienza la siguiente etapa de la ruta, que transcurre por olivares, dehesas y una zona conocida como Las Colonias donde hace siglos se producían vinos que iban a parar a América. En muchos de los casos se ha retomado la tradición vinícola, por lo que se ven viñedos salpicando los montes y edificios de carácter industrial abandonados. A las afueras de El Pedroso se encuentra la ermita de la virgen del Espino, una construcción con probable origen mudéjar y arquitectura típicamente serrana. Ya en el centro del pueblo está la ermita del Cristo de la Misericordia, donde antes se situaba el hospital del mismo nombre.
Tras pasar por lugares tan especiales como el Mirador de «Las Jarillas», la ruta inicia sus compases finales y llega a Almadén de la Plata donde, en pleno centro urbano, se encuentra la Torre del Reloj. Originariamente, en el siglo XV, el edificio se levantó para ser un hospital y, posteriormente, pasó a convertirse en ermita para terminar, en la actualidad, albergando dependencias municipales. En 1905 se le añadió la torre de estilo neo-mudéjar, que tiene 27 metros de altura, un reloj en dos de sus lados y una campana. A tres kilómetros del pueblo, la ermita de la Divina Pastora, de reciente construcción, se encuentra rodeada por encinas centenarias y una zona recreativa que invita a disfrutar el paraje.
La última etapa, que transita por la Vía de la Plata, culmina en El Real de la Jara, donde destaca la ermita de Nuestra Señora de los Remedios, cuyo origen pudo ser una mezquita, ya que conserva el Mihrab en su interior, y llegó a ser usada durante muchos años como depósito carcelario. Es la parada final de un recorrido que combina el turismo activo con el religioso y descubre lugares únicos.
Experiencia gastronómica
Además de las ermitas y el resto de monumentos, los pueblos de la Sierra Norte poseen una exquisita gastronomía y donde destacan los platos de caza, los dulces artesanales, los vinos y anisados, los aceites y los embutidos. Sabrosos «souvenirs» para completar la ruta por la comarca sevillana.
