Cultura Sevilla  05 sep 2020

Misterios de Sevilla: el palacio del terror

En el corazó'n de la Macarena, en la zona de la calle Feria, encontramos una nueva cita con el misterio. A media altura de la misma, donde se encuentra su antiguo y remozado mercado de abastos y la popular iglesia de «'Omnium Sanctorum»' se localiza la calle Arrayanes.

Nos detendremos en un particular edificio: el Palacio de los Marqueses de la Algaba. Cuentan las cró'nicas que tras la hermosa portada de estilo gó'tico-mudé'jar, se erigí'a una regia torre -ya demolida- en la que sucedieron sangrientos, violentos y desagradables incidentes a la familia de los Guzmanes.

Tambié'n viene al recuerdo la epidemia de peste de 1649, que fue terrible en esa zona. De hecho, se dice que los jardines de este palacio fueron utilizados como improvisado cementerio.

Textos de la é'poca cuentan có'mo el mié'rcoles 22 de mayo de 1652 el descontento fue apoderá'ndose de todas las capas sociales, especialmente entre las má's humildes, teniendo una de sus má's airadas manifestaciones en el motí'n de la calle Feria por la escasez y alto precio del pan. Los balcones del palacio sirvieron de improvisadas palestras donde se expuso el sentir popular, siendo brutalmente reprimido por las fuerzas militares de la é'poca. Hubo un reguero de muertos en la plaza y en las calles circundantes al propio palacio.

A finales del siglo XIX se vive una é'poca en la que la nobleza comienza a ceder parte de ese protagonismo tutelado durante siglos y comienza una lenta decadencia que hace que el palacio se vaya deteriorando y olvidando.

El inquietante edificio

De su viejo esplendor queda ya ú'nicamente el recuerdo. En é'pocas recientes se rehabilitó', bajo el auspicio de la Junta de Andalucí'a, y en la Plaza de Calderó'n de la Barca se estableció' la nueva Delegació'n de Bienestar Social. Actualmente es la sede del Á'rea de Educació'n, Participació'n Ciudadana y Edificios Municipales.

Pero con su nuevo aspecto tambié'n surge el despertar de los viejos fantasmas, aquellos que fueron enterrados entre los muros de la edificació'n. Por las noches se pueden escuchar portazos, extrañ'os susurros, pisadas que avanzan en la lejaní'a hasta hacerse cada vez má's perceptibles, bajadas de temperatura y el movimiento de objetos cotidianos que llenan de temor a los sufridos trabajadores de la noche en el interior del Palacio.

Las experiencias má's singulares son las vividas por parte del antiguo personal de seguridad quienes, conocedores de la particular compañ'í'a que les deparaba el edificio, se arriesgaron en varias noches a tratar de establecer contacto con aquel misterioso ser que emití'a y provocaba todos aquello.

Poco consiguieron. Ni con sesiones de ouija, ni escritura automá'tica ni tan siquiera el hecho de que, a hurtadillas y casi a escondidas, entraran en el edificio personas con capacidades de medium. Nada hizo despertar a los viejos fantasmas o ¿'tal vez sí'?'

Psicofoní'as

La respuesta la obtuvieron una noche en la que sus trabajadores, armados con una grabadora, formularon varias preguntas a la nada, esperando respuesta. Al revisar aquella cinta magnetofó'nica un temblor comenzó' a apoderarse de todos y cada uno de los participantes de aquella experiencia paranormal. A la pregunta: «'¿'Estamos solos en el edificio?'»' una voz quejumbrosa respondió': «'Seguiré' velando aquí' a vuestra merced»'. Aquello llenó' de asombro a los improvisados investigadores, ya de por sí' cariacontecidos.

La segunda pregunta formulada fue: «'¿'Por qué' nos molestá'is?'»' Y nuevamente una voz respondió': «'Devoto os pertenece»'. Aquello debí'a ser algo impresionante cuando siguieron revisando aquella valiosa [por su contenido] cinta de audio y comprobaron có'mo,sin mediar preguntas, habí'a varias psicofoní'as o inclusiones má's que decí'an: «'Tras sus pasos ilumí'name»', «'Dios me guí'a»' o «'El añ'o del Señ'or»'...

Nuevamente lo imposible se hace posible y se manifiesta. ¿'Aquellas obras de remodelació'n resucitaron algo adormecido?' Tal vez, o quizá's fue el azar el que hizo que sus antiguos moradores volvieran a habitar las hermosas dependencias del alicaí'do marquesado de la Algaba.



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