Ellos no temerán tu nombre
Ni miraran con asombro alguno tu figura
Tus posibles logros son apenas una piedra que se precipita silenciosamente
Aguas magnas de un océano vasto de ruido y repetición irrelevantes
Y sin embargo ahora, no antes, no cuando el primigenio sol vuelva a alzarse
no cuando una vida previa sea olvidada entre cierto grado de bruma
Sino en la presente que este infinitesimal nos ocupa
Toma arma renovada, úsala en la presente para romper unas cadenas
Ser liberado del fruto de tu propias bendiciones y particulares dones
En la tonalidad roja renegada por abnegados, recelosos corazones
Recibe estos parabienes de presencias elevadas en plano contiguo
Jura y repite palabras de antañas promesas rotas por tantos
Entrego mi vida a una causa única que nada ni nadie más servirá
Ofrezcos mis pensamientos a pretensiones y pasiones nunca por más compartidas
Un sacrificio, una maldición es otorgada, nueva criatura solitaria en la sombra es recreada
Tu nombre
Oh, asi será pues...
Levanta Ari Kunai
Ese es tu nombre.