Andrea de cosmos indefinido

4 lágrimas de diluída agonía fugitiva entre las edades tu figura me provocan,

contemplo tu aparente serena efigie de dorado potencial

y me ahogo entre la corriente de vermellón que en el óxido de una falsedad fermentas.

Y sin embargo, al parecer según muchos eres libre y plena como nunca lo has sido...

Miro sin ver entre el laberinto de la tela tres sombras ocultas tras la piel antes ingenua,

el auge del aparente crecimiento de un alma que a mí solo se me antoja mera decadencia

pues, queriendo tal vez, quizás, asesinaste a la niña que había en tí, solo...

para poner al mando de tu vida a tan ridiculo avatar distorsionado de armonía sin forma.

Sigues creciendo pues, a ojo ajeno e insospechado de no tan cotidiana realidad,

yo sin embargo, aún contemplar puedo los restos putrefactos de tu anterior yo,

tan hermoso, tan equilibrado en una sencillez que nunca pareció existir

y solo los huesos se distinguen del resto de la putrefacta carcasa que atrás dejas.

Un calor que dudo que sepas ofrecer a nadie ya. Un vacío indefinido en un cero absoluto.

Tu imagen corrida al rojo otrora, ni siquiera en ese paradigma se recrean ya mis pupilas.

Un nombre más a añadir a triste lista oculta en lo más profundo de cajón mediocre.

Mi luz se polariza para dar lo contrario a lo que una vez pretendía reflejar en cariátide tuya

Por eso lo que impera en esta Misnia de mi propiedad y desangelo no es sino,

la más azabache, sin estrellas en un firmamento sin nadie para mirar, fría de las noches

Me llamas extraño donde yo tanto ya te considero Desdén,

Desdén por aquellos latidos síncronos quizás por los que ni a reparar alcanzaste.

Tercera planta de un complejo de élites, se te considera la Reina de Corazones.

Emperatriz puede que incluso, Imperio que queda tras el espejo adonde me encuentro,

agasajo y dulce trato, probablemente allí nunca te falten,

mas tampoco conocer la belleza de oculto reflejo del borde podrás ya jamás...