Sugestión

Dormid, mis bellos niños

Soñad con las estrellas del firmamento esbozado de vuestra propia mano

allá en lo más alto de incorpórea boveda, tal vez sigan brillando

Con tierna voz, entre susurros, proteged el secreto cuando la mía por más no se escuche

Cumplid por mí el antiguo sueño de aquellos profetas que ya solo existen en la piedra nueva

Algún día el sentido que hoy tanto echais en falta, os visitará en noche insospechada

solo entonces, Vosotros seréis Yo finalmente, cuando lo que Yo fuí rastro no quede

En esta tierra, habéis de entender que apenas nada se ha hecho aún

El mismo Mal de siempre azota con fuerza todo aquel paraje que la vista abarca

Seres de Luz en un reino con demasiadas sombras, Entes de Sombra en un orbe rendido a una luz hiriente y distorsionada...

Desconociendo la esencia de las cosas y el sino de lo que vino un día a resultar tamaño continente,

¿Acaso importa cuando ni a vosotros mismos aún os reconoceis de buen grado?

Soñad ahora, retoños de tan cruenta era, pues solo en el abismo onírico más puro y delicado de concebir encontrareis ya tan vital respuesta...

Mientras tanto no nos queda nada sino la esencia de un orbe cambiante y una presencia, la de los antiguos guardianes que van encaminandose también al horizonte final de un olvido

Aguas someras para aquellas barcas que por vez primera cruzan las indómitas corrientes para reunirse con la misma Profetisa de los Sueños Quebrados, allá donde una vez fueron ya a pisar con inocentes pisadas de niño