Luna nueva de mi antigua caricia
Cuarto viejo emulado entre aroma de tierna adolescencia
Coordenadas por nunca jamás de nuevo a ser exploradas por ninguno de los dos
Puerta cerrada con cruel aparente tesón
Niebla invasora que penetra en cada resquicio del recuerdo, agrietándolo
corrompiéndolo, erosionando su antaña dulce forma,
datos perdidos en el fondo inescrutable de disco rallado por entresijos de vida
ya no podemos escuchar la canción de aquella noche fresca donde los niños lo eran
Entorno vacío, ciudad perfecta, en ninguno de sus cubículos alguien me espera
Solo el lamento sigue existiendo
Solo el recelo por la muerte de uno, cuando los mundos chocan
El presagio, el virus, ambos ríen cuando la dicha se entierra
las mejores intenciones, allá tal vez se encuentran
no en otro lugar sino a dos metros bajo tierra
Ya no más
No más nada intentando recordando tu nombre
o rememorando algo de lo que tal vez hicieramos juntos una vez
tus huesos se hallán sin duda alguna ahí abajo también
lo que queda de ti en esta tierra
solamente es la sombra maligna que no quise ver
Adiós no puedo darte pues sé que no me escucharías
Fuera de mi alcance la posibilidad de ser lo que una vez pretendí a tu lado convertirme
Roto fue el hilo que nunca nos llegó verdaderamente a unir
Mi regalo para tales perspectivas, un sincero olvido;
olvido y ni una cosa más...