Dado por el dulce espectro en el más repetitivo, atascado de los recuerdos
Tanto se desvive uno por recibir tan aparente bendición de obscura procedencia
Que nadie repara en la maldición que intrisecamente su esencia esconde
Una saliva sin alma o sentido final alguno más allá de una fachada de bonito plastico
Se desliza más allá de unos labios extasiados por recibir el ardiente calor de un avatar falso
Llega hacia dentro, corrompiendo y arruinando de alguna manera el interior,
arruinando sueños y promesas mil veces repetidas en el antaño
Darling, Kismesis o Diosa de una tan anhelada Tiniebla que sin embargo
otras intenciones en la profundidad esconde,
venga a nosotros tu reino de ensoñanciones y utopía tangente
siempre y cuando tu tan pueril y perfectamente esculpido rostro
no haga trizas aquel alma que se moría por ser testigo de tu tan imaginado descenso
a estas cotas tan materialistas, desde aquellos altares de solemnidad silenciosa,
magnánimo destino manifiesto.