Amistad Sevilla  20 may 2018

Memoria de un despertar recurrente

Me robaste las ganas de un mañana, en aquella tarde de infames consecuencias

No mentiré, pues en aquel entonces mi cascarón ya se encontraba agrietado

Y turbia la cabeza, notaba como el mundo a mi alrededor se iba cerrando, oscureciendo

Pero incluso así, tenía ganas de volver donde creía que los sueños cobraban su forma

Y disfrutar de tu presencia, de un candor, de tamaña ilusión en segundo plano que representabas para mí.

Ahora, siete años de terrible nada cotidiana y poco más que relatar;

¿De qué podría hablarte mientras te miro a esos ojos que con tanto ahínco atroz ahora me niegan? ¿De qué podría quejarme cuando estando tan lejos sé de antemano que hace años que mi voz no te llega?

Algunos dicen, que me notan triste precisamente en la mirada de la que hago gala cada día desde que sin darme cuenta te vi partir para un reencuentro que jamás llegará a darse, otros, en la melancolía que por escrito, mis palabras parecen destilar…

En cierta manera, tales afirmaciones de orgullo me llenan. Después de todo, muestran el tierno afecto que una vez sentí profesar inocentemente por ti. En cierto modo, el mismo que sigo guardando como preciado recuerdo en alguna cajita que pasa desapercibida en algún rincón del corazón desgastado.

Y es que me siento cansado, y de cansado herido. Pero no por alguna afrenta o puñalada en concreto que me hayan podido dar, sino por tu simple y llana ausencia.

En la sombra alargada que despide todo el tiempo material desde que en mi mundo ya no existes, el alma se erosiona bajo la acidez vil del olvido, de mi muerte en tu cabecita de tales azabaches cabellos, que es donde pretendía seguir viviendo sin miedo de que el futuro nos deparaba en la esquina.

Ya nada es lo que fue dentro de mí. Me falta el sentido para querer dar un paso al frente en cualquiera de los ámbitos de esta, extraña existencia que se antoja carente de ella. Me gustaría sentir que todo es un mal sueño y que con una sola mueca brusca me despertaré y todo volverá a ser justo y como era un minuto antes de girar aquella calle.

Mas, mi querido amado sueño de juventud quebrada, sé perfectamente que la inercia sigue y que todo desde entonces ha sido tan o incluso más real que lo que en el pasado descansa y que bajo ninguna de las circunstancias hecho alguno borrado o enmendado será…

La verdad es que te falta nada para llevar 7 largos y tórridos años muerta y que en mi caso, más allá de la vitalidad necesaria para a buen recaudo mantener al envoltorio físico que nos aloja, siento como en vida, mi alma se atrofia de algún u otro modo, emparedada bajo el brutal peso del granito de la más resilientes de las indiferencias.

Y es una pena tan lánguida a la vez que dolorosa que no sé por donde empezar a procesarla

Y es que

Juntos, podríamos haber dominado el mundo que a nuestro alrededor se nos ofrecía

Por un día tal vez pero aun así…

Es algo que me hubiera encantado sentir de poder haber hecho

Algo que ahora solo en mis más insospechados sueños se me permite hacer

Para despertar

Y percatarme

De que son 7 años ya que llevamos muertos el uno para el otro.



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