Dos llaves a redefinir y partir el mundo que anhelas en sendas mitades
Una aguarda al otro lado del mar, calma y pacífica, su existencia es
Unas gentes remotas que la hora del cálido resurgir en la costa aguardan
La otra negro engaño, cruenta máscara en las brumas del rostro resulta ser
Un ente antiguo controla aquellos oscuros hilos que él mismo ha creado
Buscar la una, a la par que la otra es rehusada, camino al ansiado principio es
Hacia aquél instante donde con su mano, palpados nuestros corazones no fueron
Momentos dulces donde aquella dulce gente, nosotros resultábamos ser.