¿Tú que amor eliges, Tipo Flor o Bonsái?

Vivimos en la época de los días exprés, es difícil saborear los momentos que nos trae cada día, pasan desapercibidos como nubes que se lleva el viento. El afán de complacer nuestra vanidad nos ha llevado a dejar de saborear lo hermoso de nuestro día a día, somos capaces de descuidar nuestro ser interno solo para complacer lo externo, lo que nos ha llevado a perder aquello que realmente vale en nuestra existencia, nuestro interior. Hemos dejado que la vanidad permee en nuestro interior. Y me pregunto: ¿necesito todo aquello por lo que me someto al estrés del día a día? ¿Dejaría de existir si no lo obtuviera? ¿Qué tanto necesito para ser feliz? Es que ya resulta hasta extraño cuando tomamos algún momento para contemplar la vida y su belleza. Hace unos días me dispuse a observar una flor que cautivo mi atención al caminar por enfrente de ella, al mirar su hermosura me recordé lo bello que es el amor y del porqué son las elegidas para representar este sentimiento. Pero los días han pasado y me encuentro arreglando un bonsái que he comprado y es tanta la sabiduría que aportan estos árboles que decidido no guardármela. Resulta que los arboles resisten el recio viento del otoño y el cruel frio del invierno, y aunque pierdan sus hojas siguen ahí esperando por el rocío de la primavera, ese rocío que con sus suaves gotas de lluvias recorren sus hojas, acarician sus delicadas ramas y empapan su tronco hasta llegar a sus raíces para alimentarlos, luego en verano nos brindan refugio ante el asedio del sol. ¿Y que más parecido hay con el amor real que esto? Un amor real no es como la flor vanidosa que si no le das atención se marchita, que demanda tu atención constante solo para darte belleza externa, que perece en poco tiempo. El amor real es capaz de pasar por momentos difíciles y soportarlo, no solo espera por tu atención, sino que también retribuye el cariño que recibe con algo más allá de lo externo, como el árbol en la primavera o verano que da más allá que simple belleza. Quien te ama de verdad no se marchará en tus días más oscuros, estará ahí sufriéndolo contigo, aunque no te diga nada, y cuando llegue el momento te protegerá, pero también te demostrara que tu cariño y cuidado serán bien recibidos por lo que te motivara a dárselo, no para que no se vaya, si no porque te sentirás bien al hacerlo, porque el amor es retributivo mientras más da más recibirás.