Me basta mirarte.
No le pido nada más al destino.
Verte como miro al Sol,
tan cerca y tan lejos
deslumbrante e incandescente,
inmarcesible, pero fugaz
y, a todas luces, inalcanzable.
O verte como miro a la Luna,
Belleza de mi tristeza,
Pálida, alabastrina,
Inmutable, de corazón helado
Y, a todas sombras, inalcanzable.
Me basta mirarte
Porque cada vez que te veo
es como un sueño,
y cada vez que te sueño
me despierta, despiadada,
la insondable tristeza de mirarte.
Solo mirarte.