Al viento se mecía su sonrisa alejada de las grandes aglomeraciones del asfalto
a ella nadie le besaba la mano o el suelo por donde cruzó
mas en el paraje remoto donde esperaba en silencio, casi agazapada entre ensueños
una solemnidad sin igual se me antojaba presenciar.
Su palabra era el Verbo para mí, una Verdad que quisimos hacer de dos
su tiempo en este paraje transitado en cuerpo mortal, recuerdo inmortal
y el perdón para hacer de aquel Pasado, Nada, su más hermoso don.
Aquellas fronteras entre los mundos se disolvían sin advertirse siquiera.
En la distancia resuenan los ecos de aquellos que aman aquella madera
huele al azar, ese de las emociones más insospechadas, evocando nostalgia
siendo destinatarios conceptos que se deslizan del alcance de las manos curtidas
de origen, mismo vórtice del torrente de una pasión por humanos ,conceptuada.
Ella nunca llevo encima joya deslumbrante alguna, oro, perlas
Así como tampoco majestuoso manto decorado con el amor de una multitud
Y sin embargo, me parecía el único objetivo que una vez quisé adorar
Pues allí donde los niños nunca dejarán de serlo, ella siempre aguardaba.
Hija del viento cuando tu camiseta blanca en él se columpiaba
Avatar de una extraña luz, cuando levantabas tu mano al sol en gesto inquisitivo
Vestal de una incipiente Oscuridad, cuando en la bonanza del futuro me decías
Efímero pasar,tus vestigios,ahora reliquias que bajo 7 robustos candados escondo.